miércoles, 21 de septiembre de 2005

Una hermosa mujer lo entrega todo

Por: Julián Puig Hernández
María Elena Cabrera Caballero es una de esas mujeres hechas para la entrega a sus pasiones, que no se diferencian, para nada, de las responsabilidades sociales.
Al verla por la Televisión, hace pocos días, como parte de las actividades por el nuevo aniversario de la creación de los Comités de Defensa de la Revolución, fue que muchos advirtieron su verdadera dimensión como partícipe de un proceso social sin paralelos en la historia.
Junto con otros compañeros de la provincia de Las Tunas (Pío Morel, de Colombia y Cruz María, de Jobabo) fue a la Habana para recibir justo reconocimiento por ser cuadro destacado nacional de los CDR.
¿Cómo inició todo?
Yo tenía catorce años cuando ingresé en las filas y a los dieciocho ya tenía responsabilidades pues asumí en edad temprana la vigilancia del comité; luego siguieron las tareas y recorrí todos los cargos en la base. Hace dos años que soy cuadro del Consejo Popular de Vázquez.
¿Qué tareas requieren ser más potenciadas?
Las donaciones de sangre, la recogida de materia prima y la guardia cederista; pero sobre todas las cosas mantener la motivación en la organización, incentivarlos para que se esfuercen con todo el amor que requiere la tarea. Un ejemplo de esa necesaria motivación es que los más de ocho mil compañeros que están bajo mi responsabilidad terminaron su cotización anual en los primeros cinco meses del año cederista, y que alrededor del noventa y un porciento de ellos desarrolla su actividad de vigilancia con un buen rigor.
¿Con qué apoyo cuentas para que vayan juntas las tareas hogareñas y tu accionar en los CDR?
Por sobre todas las cosas tengo una madre y una hermana que son mi gran refugio, pues siempre me sacan al claro; sin ellas habría sido imposible tanto éxito, si puede considerarse que lo hay. También cuento con la compresión de los miembros de la organización pues laboro con ellos de manera individual, cara a cara; es mucho más efectivo que dirigírmeles en una multitud. Para eso es necesario dedicarle tiempo en la casa y en la calle, no hay descanso si se quiere que las cosas salgan bien. En ocasiones resulta sumamente difícil que la gente comprenda lo que quieres trasmitirles y debes repetir muchas veces lo mismo de diferente manera; es que ocasionalmente una quiere que ellos vean las cosas como uno mismo y eso es muy difícil.
Esta mujer, todo ternura, lleva la virtud del sacrificio y anda en ello con el corazón desbordado. Trae en la sangre al Comandante Paco Cabrera, su primo, aquel que con mano endurecida tomó el cañón ardiente de un fusil quitado a un soldado enemigo para llevarlo al campamento rebelde en la venturosa Sierra Maestra.María Elena de otra manera es imposible ser.

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