Llegaron las lluvias

Por: Julián Puig Hernández.

Ayer tarde y en horas de la noche se sintieron en el municipio de Puerto Padre las primeras precipitaciones. No faltaron los que, a tenor de las tradiciones, tomaron un buche de esta agua para, según dicen, favorecer el sistema inmunológico.
Al amanecer los campos, mustios ayer, muestran un panorama más a tono con lo característico del trópico. Sin lugar a dudas es insuficiente, y lo será por mucho tiempo, porque los años de limitaciones en cuanto a irrigación natural son particularmente importante: más de tres lustros.
Según el Calendario Agrícola Cubano, para el mes de mayo se siembra Ajonjolí, arroz, boniato, calabaza, frijol carita, lechuga, maíz, malanga, maní, melón de agua, millo, nabo, pepino, perejil, pimiento, plátano, quimbombó, rábano, soya y tomate.
La misma carta indica que se trasplanta, café, frutales, maderables, mango y papaya; mientras debe recogerse el tabaco.
Todos estos estatutos sufren variaciones a consecuencia de las exigencias climáticas pues, como bien es sabido, aún con riego a partir de agua embalsada, los resultados nunca son los mismos. La lluvia trae otros componentes que garantizan mejor gestación y maduración de los frutos.
Pero es que sin ella se desajusta el sistema, las aguas subterráneas, al minimizarse, concentran las impurezas y todo resulta perjudicial tanto para la agricultura como para el consumo humano y animal.
Se trata ahora de sacar el máximo de provecho a esta bendición, pues según los pronósticos habrá precipitaciones hasta el fin de semana.
Soga en mano el guajiro enyuga los bueyes, encaja el arado y hace surcos largos y profundos para que el agua penetre, humedezca y perdure. El manso animal acepta con cierto agrado la fusta porque ve con satisfacción el cambio de color en el pasto.
Los pájaros retoman su trino porque las frutas, magras y enjutas, tendrán mejor sabor y compostura a partir de ahora.
Es la fiesta del clima, la llegada de la virtud; es, teniendo como premisa los malos pronósticos por alteraciones en el clima, sólo un respiro, un oasis en el tránsito por el desierto.
Se trata ahora de aprovechar, lo más que se pueda, esta tregua de la madre natura.