jueves, 5 de mayo de 2005

SALUDOS A LAS MADRES

Por: Julián Puig Hernández
Una vez más los cubanos y las cubanas homenajeamos a las madres en el segundo domingo de mayo. Una vez más las casas tendrán un sonido especial con la llegada de hijos para dar un regalo a mamá y un beso, tierno, sincero.

Los que viven lejos mandan tarjetas y hacen llamadas telefónicas, pero difícilmente se deje pasar por alto una fecha tan importante. Toda la felicidad del mundo se encierra en cosas simples, un momento, la ocasión impostergable.

Algunos llevan flores, allá al campo santo, donde reposan los restos de su progenitora y van callados, pasándoles por la mente vivencias, circunstancias inolvidables y que forman parte de la espiritualidad de cada persona.

Pero mamá está feliz cuando ve en sus hijos lo que soñó, los signos de honestidad, amor, entrega al trabajo, dedicación y decoro. Es realmente un regalo que puede hacerse todos los días y requiere de un esfuerzo especial.

Sin dudas los Cinco Prisioneros Cubanos en cárceles del imperio recordarán especialmente a sus madres en ese día, pero también no olvidarán las tantas que en su tierra natal amanecen cada mañana con un sueño por realizar.

Ellos, empeñados en luchar contra el terrorismo, ese que llena de luto hogares, afligiendo corazones de madres, tienen para los cubanos un sitio especial en este día porque evitaron muchas veces dolor y pena a la familia cubana y norteamericana.



En virtud de ello, en el Día de las Madres ha de hacerse extensiva la felicitación de manera especial a las que pusieron y ponen a sus hijos al servicio de su pueblo.
Ellas han de estar dichosas porque sabedoras son que hay hombres poseedores del decoro faltante a otros y es preciso continuar cultivando esa probidad, para disponer de personas cada día mejores gracias al empeño de las madres.

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